Seremos Victoriosos # 269

[George]

Seremos Victoriosos.

Un Armonizador Habla– # 269

Querido, discutamos el entrenamiento para una mayor vida espiritual, la cual se vive en el mundo interno, pero con sus repercusiones en el mundo visible externo a través del servicio amoroso hacia otros.

El entrenarse para la vida espiritual quiere decir hacer la vida material subordinada a aquella. Quiere decir un caminar más junto a Dios dentro de tí--esa Voz Quieta Pequeña que frecuentemente permanece escondida en el trasfondo y que muy rara vez se oye por el trajín de la vida mortal.

Soy Yo Quien te guía, la mayor de las veces sin que te percates, hacia una mejor vida. Juntos podemos funcionar como uno, cuando te permites el lujo de Escucharme por medio de tomarte el tiempo de ir hacia dentro de tí y escuchar Mi voz con mayor y consciente atención.

Puedo entonces Yo continuar mi entrenamiento en lo invisible dándote nuevas primicias frescas y infundiéndote con mayor amor hacia el servicio hacia tus congéneres.

Se ha dicho que la palabras claves en el universo son trabajo en equipo y que todos podemos funcionar como uno. Esto, Mi amado, es lo que necesitas para contemplar el significado de--estar en el equipo del Dios Creador y haberte sido dado un Entrenador personal.

Reitero que es a través de tu consentimiento que de buena gana empiezes este entrenamiento hacia la vida espiritual y mientras más demuestres un esfuerzo sincero por medio de presentarte a tus sesiones regulares, mayor progreso harás.

Lo cual es volverte dentro de tí mismo en cualquier momento del día o la noche para recibir más instrucciones para tu vida diaria, la cual no se convertirá en una vida de facilidad, sino una vida vivida con mayor y más profundo sentido la cual conduce a mayor satisfacción.

De hecho, mientras más comprometido estés, más fácil será oír Mi voz, ya que habrá reconocimiento instántaneo y un regocijo en el saber que Lucho contigo en todas las cosas.

Seremos victoriosos como cual Uno en esta vida mortal, en una carrera bien corrida, y en el grande y amoroso servicio hacia el Creador que jamás hayas podido creer ser posible.

Traducido por Alma Miranda

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Que Dios bendiga a los Pacificadores.